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A mi, personalmente, (y no se como les sienta a Vds.) los ejemplos de lo bien que funciona el federalismo en Estados Unidos, Alemania o Suiza (¿Por qué no hablamos mejor de Méjico o de Argentina?) me pone los pelos de punta. Cualquiera que conozca lo más mínimo la sociología de alemanes, suizos o estadounidenses, sabe que tienen un fortísimo sentido de pertenencia a la Nación; el estado federado es secundario para ellos; ¿alguien se atreve a afirmar lo mismo de España? Así que, por favor, hablemos de la URSS y su post, la llamada Confederación de Estados Independientes, que acabó como acabó; del Pakistán anterior al surgimiento de Bangladesh o de ejemplos como Chequia y Eslovaquia que se nos parecen mucho más (por no mencionar un ejemplo que pone los pelos de punta: Yugoslavia). Yo no creo en eso. Creo que una propuesta federalista no es trasversal porque es excluyente; no es progresista porque es revisionista, no es novedosa porque huele a rancia; de hecho, creo que toda esta discusión es contraria al espíritu de UPyD porque a quienes están luchando por subsistir en medio de esta crisis económica, les preocupa un pito esta discusión en la que se nos ha obligado a sumergirnos.Llamemos pues, a las cosas por su nombre: Hablemos de estados federados, si eso queremos defender. Pero, por favor, no confundamos a nuestros afiliados, votantes y simpatizantes, porque los conceptos significan lo que significan e implican lo que implican.No voy a entrar en Historia porque no viene al caso hacer un pormenorizado repaso de la particular visión de la misma que se tiene por algunos pagos; lo que llamamos Historia, casi siempre es interpretación y, casi nunca, ciencia. Sería entrar en una ‘probatio diabolica’. Pero, eso sí, permítaseme un único comentario. Carlos acierta cuando dice que la formación del Estado unitario español fue muy lenta y muy ambigua. Casi puedo aceptar que no cabe hablar de Estado unitario hasta la Constitución de 1812, saltándome a la torera los Decretos de Nueva Planta de Felipe V entre 1707 y 1724. Pero, resulta más difícil, cuando da un salto mortal y dice:“…hasta las Cortes de Cádiz de 1812, no se puede hablar con propiedad de una nación española…”.Vamos a ver: Una cosa es el Estado y otra es la Nación. No argüiría que existiese un Estado unitario anterior a 1812 porque, por devenir histórico (eso que nuestro compañero y dirigente pasa por alto continuamente) “las Españas” habían tenido un desarrollo complejo debido al desmoronamiento de la monarquía visigótica y la coexistencia, dada por la peculiar geografía peninsular entre otros muchísimos factores, de distintas monarquías peninsulares, tanto cristianas como musulmanas. Además porque el concepto de Estado no podemos encontrarlo sino en la Era Moderna, como mucho.Ahora bien, la nación española, el sentido de ser españoles, es absolutamente anterior, no ya al siglo XIX sino, incluso, al XV, XII o X. Deberíamos remontarnos tal vez a la Hispania Romanorum para entender ese concepto, compartido, no ya por los cristianos peninsulares sino, incluso, por los peninsulares de los reinos no cristianos (incluyendo a nuestros nunca suficientemente llorados moriscos y ladinos que fueron expulsados de nuestros territorios con grave quebranto de nuestra economía y diversidad de pensamiento y que siguen cantando su ansiedad por la Sefarad perdida) Así que, lo siento, pero no puedo aceptar tal argumentación.Ahora, está el tema de lo complejo que sería una devolución de competencias al Estado y que implicaría una profunda reforma constitucional ¡Pues claro!¡Eso mismo defendimos en nuestro programa electoral de 2008! Entonces no parecía preocuparnos ¿por qué ahora sí? Y otra pregunta más, si me permite: Desarrollar una Constitución federalista ¿no implica modificación constitucional profunda? Porque, de hecho, lo que se propone con ello es modificar la propia estructura actual del Estado. Así que la argumentación denostativa contra la devolución de competencias a un Estado unitario autonómico es la misma que puede usarse contra el desarrollo de una Constitución federalista. Tal reforma constitucional no daría en “una especie de federación” como mantiene Carlos Martínez; daría en un Estado fuerte, descentralizado en comunidades autónomas; no en reinos de taifas que contenten a los nacionalistas, que es su proposición. Vd. no propone un Estado unitario; Vd. propone un Estado compuesto, un Estado que incluye estados federados. Lo que no sueñan los secesionistas ni en su mejor sueño.Otra cosa: El artículo CE 150.2. ¡Pues claro que dice lo que dice! Y por eso mismo hay que expulsarlo de la Constitución, porque es un coladero constante para los sobornos de los nacionalistas. Muerto el perro se acabó la rabia. Resulta asombrosamente argumentativo decir que, porque existe ese artículo, debemos acabar con toda la Constitución y lanzarnos a la descabellada aventura de un proyecto de Estado federal. A mí me parece una tremenda irresponsabilidad política ese tipo de propuesta. Nos lleva por derroteros que no podemos siquiera imaginar y sigo pensando que, los experimentos, en casa y con gaseosa.Un último comentario: Debemos tratar con mayor sensibilidad a afiliados y simpatizantes, porque también hacen aportaciones interesantes al partido y no todo el mundo se acerca de manera malintencionada. A mí, al menos a mí, me preocupa cuando alguien disiente y se le dice que el problema es que no entiende. Esa forma de reacción ante el disentidor, ese paternalismo, como si de bisoño infante se tratase, implica una cierta falta de respeto hacia las entendederas del tal y que, el que tal arguye, se considera infalible y poseedor e intérprete de algún tipo de verdad absoluta, demiurgo que interpreta para el resto de los mortales el mundo de las ideas que sólo él puede entender. Y, como todo hemos leído a Moliere, diré que, quien así actúa, me recuerda al Alceste de ‘El Misántropo’ que a todos encontraba errados y falsos menos a su amada Celimena (¿la federalidad?) que en el acto quinto, escena séptima, le sale rana y le responde a Alceste:“¿Yo, renunciar al mundo antes de envejecer, para ir a enterrarme en tu desierto?”
Pues eso.
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