como una ballena que se muere en la playa, me siento varada.
La vida ahora es fácil y por eso me siento varada.
Necesito complicación, más de la que hay.
Me siento cansada y sé que es porque no tengo nada que me guste en lo que realmente me canse.
Tengo lo más importante, pero desde él he de salir a complicarme la vida, sino no soy yo, me prostituyo por una vida cómoda y dejo de ser yo.
Y así dejarán de amarme y acabaré perdiendo el sustento para seguir cultivándome.
Como respirar, tengo que escribir como otros han de respirar.
Si no, no soy yo. He de pensar en remolino, pensando en cuántas cosas confesar, en cuántas inventar, en cuántas idear, sino, no soy yo.
He de mirarme el ombligo cuando me toque, y más allá, retando al blanco, porque sino dejaré de ser yo.
Tengo que seguir torturándome ante el blanco, sufriendo las letras, y luego las palabras, y dentro las ideas, hasta contar una historia porque sino, no soy yo.
Y mi madre lo sabe, y mi padre lo sabe, y mis hermanos lo saben, y mi amiga lo sabe, y mi tía lo sabe, y él lo sabe, y lo sabe hasta Dios, que sino, no soy yo.
Le letra va conmigo y yo con la letra,
y la letra soy yo,
y las palabras yo,
y yo las palabras,
y yo el pronunciarlas,
y el pronunciarlas yo,
y yo el escribirlas,
y el escribirlas yo.
Y yo mis historias,
y mis historias yo,
las escritas, las pensadas, las ni pensadas...
todas son yo,
y todas son un presente,
continuo mientras yo exista.
Y después, yo estaré en ellas.
Y estoy en ellas, ya son yo.
He de seguir siendo,
o interrumpir(me) queda
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