miércoles, 29 de abril de 2009

Los pies de barro del gigante...

hoy sus pies de barro se manifiestan en costes sociales bajo el hecho que es la muerte de un bebé de 23 meses. En Tejas. Hoy lo decían los medios. La gripe porcina ha matado a un bebé -casi niño-a- a punto de cumplir sus dos primeros años de vida.

He de confesar que me derrumbo antes noticias de muertes o de sufrimiento de cualquier tipo que se le infringa a un niño. Al mayor exponente de la inocencia que es un bebé. Cuando aún no nos hemos socializado y toda esa inocencia nos lleva de manera irremediable hacia esa socialización, a esa falta de inocencia sin la que no podríamos sobrevivir en el mundo de nuestros congéneres. Pero ésta es otra cuestión.

La cuestión es que en Texas, uno de los estados de ese gran gigante, el mayor de las naciones actuales por muchos motivos, ha muerto un ser inocente que empezaba su andadura. ¿Qué ha ocurrido en ese sistema sanitario?
El paciente "Cero", niño de cuatro años, ha superado el trance con antibióticos, en un sistema sanitario de un país que se supone más atrasado en todo.
Y en España, los casos confirmados de esta gripe, ya la habían superado -gracias a los protocolos médicos existentes de ordinario- incluso antes de ser confirmados.

Hago el paralelismo mental, conjeturando con tan pocos datos, entre los tres países. A mi cabeza acude que la preocupación de muchos conciudadanos, cuando salen fuera de España, es, en primer lugar, la cobertura sanitaria que van a tener allá donde van. Si se trata de EEUU intentan dejar este cabo tan bien atado como si viajan a países en teoría peor dotados sanitariamente.

¿Eso es lo que ha pasado? Que, como en principio una gripe no es una urgencia, al bebé no se le atendió como tal -lo único, la urgencia, lo único que se garantiza y en primérisima instancia-
¿O tal vez que no tenía seguro para cubrir el coste de su tratamiento de gripe?
Una cosa u otra me parecen atroces visto desde España. O incluso los protocolos de actuación, por ese principio básico de sanidad privada.

La iniciativa privada es muy sana, imprescindible, pero hacer negocio, hasta el límite de la salud de la población, no creo que sea bueno para ninguna sociedad.

Los estadounidenses tienen muchos motivos por los que ser admirados, pero otros, claman al cielo. Y el plantemiento de su sistema sanitario es uno de ellos... ese bebé muerto, esa madre destrozada me provocan sin remedio plantearme esta cuestión.

No hago sino agradecer que en España la asistencia sea universal y gratuíta. Pago mis impuestos gustosa. Que hay muchas cosas que mejorar, por supuesto, pero estoy segura que la iniciativa privada en la que se debe asentar nuestra economía y nuestra sociedad en todas sus vertientes no debe jugar con ciertos principios. La garantía de salud es una de ellas. Que los ciudadanos españoles sigamos en ese camino, por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario