Hay ponerlo en valor. El no hacer nada tiene hoy más valor que nunca tuvo. Cuando el tiempo adquiere su brillo más dorado, cuando aprovechamos hasta el último minuto del día y en las mismas 24 horas duplicamos y triplicamos nuestra actividad gracias a la tecnología... no hacer nada tiene aún más valor... parar, sentarse mirando al vacío, pensar que no piensas en nada... tumbarse mirando al techo... jugando a imaginar batallas naúticas en el gotelé... mirar al cielo... detenerse a contemplar las nubes de tormenta apretujadas.... nubes y vientos que se te llevan todo lo que te ocupa y dejan nada... para no hacer nada... no pensar en nada... el almancén de tu cabeza diáfano, inmenso... respirando vacío... valor... oro en el vacío y el tiempo consumido por él...
Sí, no hacer nada es imprescindible para seguir... ocupándonos en todo lo demás... que no sea nada...
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